Seguramente muchos de vosotros habréis visto el vídeo que recorre internet sobre la campaña llamada KONY2012. Esta iniciativa pretende encontrar a Joseph Kony, el ugandés, líder del grupo guerrillero Lord's Resistence Army (LRA) acusado de secuestrar a niños y niñas en distintos países para convertirlos en soldado. Niños que son arrancados de sus casas para satisfacer los deseos de seres inhumanos que en nombre de una causa muy dudosa, asesinan, violan y destruyen la poca esperanza que le queda a África.
Kony ha sido requerido por la Corte Penal Internacional (CPI) de la Haya para ser juzgado, aunque se encuentre en paradero desconocido.
Otro de los cánceres de África es Thomas Lubanga quien sí ha tenido que responder al Tribunal de la Haya siendo condenado por crímenes de lesa humanidad por reclutar a niños y niñas MENORES DE 15 AÑOS para convertirlos en soldados que mataban para mantener el poder de este llamado "Warlord" o "señor de la guerra" en una de las regiones del Congo. Digo mantener el poder ya que muchos de estos grupos rebeldes africanos no tienen una causa clara por la que luchar. Ni aunque la tuvieran, es aberrante que tengan que recurrir a usar a niños, drogarlos, violarlos, darles un arma y enseñarles a llevar a cuestas un trauma que los perseguirá toda su vida. Niños a quienes destrozan la existencia y sin duda les carcomen el alma. Lubanga está a la espera de escuchar su sentencia.
El fallo de la CPI contra Lubanga es una victoria sobre los que se creen todopoderosos ante la justicia y ante la poca o nula presión que ejercen los sistemas judiciales contra estos representantes de las más crueles bajezas humanas.
Es difícil que la CPI pueda hacer magia y detener a todos los inumerables violadores flagrantes de los derechos humanos que se extienden por todo el mundo, pero con esta sentencia, contribuye a fortalecer el sistema internacional de derechos humanos, muchas veces desacreditado por su falta de eficacia. No por voluntad propia, sino que son los Estados SOBERANOS los que complican su labor. A modo de dato, los crímenes cometidos en Estados Unidos, Egipto, Irán, Israel, Rusia, China, India, Pakistán, Indonesia, Turquía entre otros países no pueden ser juzgados por la CPI por no haber ratificado el Estatuto de la Corte.
No sé cual será el efecto real de esta sentencia en la escasa conciencia de los Konys, o Lubangas que existen en el mundo. Pero sí que es una advertencia para decirles que allá donde se escondan sus crímenes van a ser perseguidos y juzgados.
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