La guerra civil que se está produciendo en Siria no para de sumar muertos. A los ojos del consumidor de noticias por Internet esas muertes son un dato más, un número que aparece al lado de una publicidad sobre como adelgazar, lo mismo que ocurrió con la guerra y los muertos de Afghanistan o Iraq entre muchas otros.
El hecho es que el gobierno de Al Assad se ha revelado como lo que es, un gobierno tiránico, despótico y sin ningún reparo en atacar con todo tipo de armas a sus propios ciudadanos para mantenerse en el trono. Si en un principio, cuando se iniciaron las protestas Al Assad anunció nimias reformas para evitar que las manifestaciones en su contra se le escaparan de las manos, ahora el lobo se ha quitado la piel de cordero y asesina sin ningún remordimiento tanto a sus opositores como a gente que tan sólo quiere vivir en paz.
Pero ¿Cuál es el camino para que se detenga está masacre?¿Una intervención internacional al estilo libio? Se ha demostrado que las intervenciones MILITARES internacionales no han dado muy buenos resultados en los países del Medio Oriente, pensemos de nuevo en Iraq, Afghanistan, Libia, donde la situación después de dichas intervenciones han dejado a estos países sometidos a guerras civiles que todavía no ven el fin. Es fácil intervenir y después concluir que la misión ha terminado, dejando estados sin huella de una mínima estructura política y dónde el rencor y las luchas del poder marcan la pauta "post-misión exitosa."
Por otro lado, los intentos diplomáticos por solucionar el conflicto parece que tampoco dan ningún resultado y los vetos impuestos por China y Rusia a las resoluciones del Consejo de Seguridad agravan la situación de inmovilismo internacional respecto a Siria.
China hace alarde de su máxima política histórica, la no intervención en los asuntos internos de otros países, a parte de ser un buen cliente del crudo sirio.
Rusia no quiere perder influencia en la zona temiendo que su archienemigo Occidental se acerque a su impero. Otra de las razones es su alergia a todo lo que suene a revolución contra el poder establecido y por supuesto la venta de armas a Siria, un dinerito que no le viene nada mal.
Otro actor importante es Irán, cada vez más aislado internacionalmente y que ve a Siria como uno de los pocos aliados que le quedan en la zona, ante una escalada de la tensión con Israel y EE.UU.
Se pueden hacer muchos análisis políticos respecto el ir y venir diplomático, las políticas geoestratégicas o las intervenciones militares, pero finalmente se siguen sumando muertos al dato de la noticia que aparece en el diario electrónico, al lado de la publicidad para adelgazar. Que lástima!
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