Está claro que ya nadie confía en Europa a la hora de comprar deuda a sus países, tal y como demuestran las despiadadas agencias de calificación. Es por eso que la delegación que esta semana ha visitado China, lo ha hecho con el propósito de pedir algo de limosna que pueda paliar un poco la crisis económica.
Con Grecia al borde del default y España, Italia, Portugal e Irlanda con graves problemas de liquidez hay que buscar un hermano mayor al que se le pueda pedir algo de dinero para pagar las cuentas, en este caso China es un buen candidato.
A parte de pedir a China que compre bonos europeos, dos son los mensajes que el presidente de la Comisión Durao Barroso y el del Consejo Europeo Herman van Rompuy han querido hacer llegar a las autoridades del país oriental. Primero, ahora, a falta de dinero, Europa ha decidido vendarse los ojos a la falta de respeto que China tiene con el medio ambiente y los derechos humanos. También han decidido obviar las desavenencias en temas de política internacional como Siria o Irán. Existe un dicho en España que dice "Por interés te quiero Andrés", a mi me parece que aplica a este caso.
Segundo, los representantes europeos han ido al país asiático a vender el eslogan de que China y Europa están interconectados y son interdependientes. En cierto modo es verdad, ya que Europa es el máximo consumidor del producto chino, pero por otro lado, China tiene una fuerza de trabajo de 1.400 millones de personas aproximadamente, un crecimiento económico anual de entre 10 y 8% y sin duda compradores en todo el mundo.
Como ha cambiado la cosa, ahora que el que pone las condiciones es la otrora deprimida China comunista frente a la antigua potencia europea.
Por su lado, las autoridades chinas, siguiendo su estilo habitual, dicen que van a ayudar, que Europa es un socio importante, pero sin compromisos claros, sabiendo que tienen la paella por el mango y que responderán en la medida que les sea provechosos. El pragmatismo chino, sabe que las tornas han cambiado y que ahora ellos son los que ponen las condiciones. Los mensajes de buena voluntad que no lleven asociados acuerdos económicos firmados en papel, se quedan simplemente en eso; mensajes de buena voluntad.
El tour benéfico para rescatar a Europa, ha hecho su primera parada en China, finalmente sin un resultado claro y sin un maletín de billetes de vuelta a Bruselas.
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